El proyecto se plantea como un modelo replicable, no por su masa construida sino por la importancia que da a la idea de configurar una comunidad a partir del vacío, entendido como una forma de organizar la vida y el espacio, el paisaje y los rituales de la ciudad, el barrio y la casa. El modelo de ciudad propuesto se da por vacíos de diferentes escalas interconectados dando continuidad a la naturaleza y umbrales que mitigan el impacto de lo público sobre lo privado. Esa es una oportunidad para volver a acercar a los habitantes al centro y reestructurar las relaciones del centro urbano con el territorio de la sabana, convirtiendo el centro de manzana en un espacio verde y blando.