UN LUGAR PARA CULTIVARSE
La ruralidad pocas veces se reconoce como una oportunidad para tejer identidad cultural desde sus equipamientos. En ese sentido, el proyecto busca ir más allá de la noción de colegio, para convertirse en un espacio que pueda convocar y reunir actores en torno a espacios que aluden a dos condiciones propias del paisaje de la zona.
La topografía y sus construcciones.
Por un lado se refuerza la noción de explanada, entendida como un espacio fundamental para la actividad y el encuentro de actores. En un lugar inclinado, la mejor forma de lograr esta condición es mediante una superficie plana bajo la cual se ubica una parte del programa y que sirve de prolongación a la zona de la cancha existente.
La otra parte del parte alude a la noción de casa compartida y se lograda por la sumatoria de modos individuales de cubiertas inclinadas para responder al agua y el sol.
UN PARQUE PARA EL APRENDER DEL PAISAJE
El colegio busca generar un espacio de doble condición. En las tardes y fines de semana, cuando la jornada académica termina, se convierte en un parque para la comunidad y los visitantes. Durante la jornada académica se cierran las esclusas y se logra un espacio de aprendizaje conectado con el paisaje lejano, intermedio y cercano; en los que la naturaleza se convierte en el marco del proceso pedagógico. Se separan los usos de mayor y menor intimidad por medio de terrazas y patios.
La propuesta entiende que adentro y afuera debe lograr adaptabilidad en cortos y largos periodos de tiempo. En el interior, la disposición en planta del sistema portante busca generar la posibilidad de unir o separar ámbitos para adaptarse a las necesidades pedagógicas. Todo el conjunto se componen con un módulo estructural de 4,95×5,65 m y 4,95 X 6,70 m, que mediante los pórticos metálicos permite generar cubiertas planas o inclinadas, según la necesidad, con estructuras atornilladas que permiten ser desmontadas y reutilizadas en otro lugar en caso de ser requerido.
Habitar el frío y cambiante clima de los 3.292 msnm supone un reto para lograr confort interior. Para evitar las pérdidas de temperatura en las horas de madrugada, se recomienda utilizar aislamientos térmicos en los pisos dado que serán las envolventes más frías. De igual forma los paneles opacos de cerramiento deben tener una capa de poliuretano u otro material aislante, mientras que las superficies vidriadas deben tener en lo posible una cámara de aire o cumplir con un factor alto de aislamiento. La arborización dispuesta en el perímetro del lote, busca mitigar el impacto de los vientos que además de enfriar el espacio, reducen la sensación térmica.
La propuesta cuenta con un sistema que busca:
Generar masa térmica con cubiertas verdes o tejas tipo sándwich sobre las cuales se disponen paneles solares para aprovechar la energía.
En algunas zonas puntuales, se disponen mecanismos de captación solar que llevan la radiación al interior de forma directa en circulaciones e indirecta en espacios de permeancia, generando invernaderos que suben la temperatura interior. Para evitar las pérdidas de temperatura en las horas de madrugada, se recomienda utilizar aislamientos térmicos en los pisos dado que serán las envolventes más frías.