Uno de los lugares más afectados por el conflicto armado, se plantea este colegio como un lugar de oportunidad para cambiar la narrativa de guerra por una de creación desde el aprendizaje.  Se busca impactar a una población que ha permanecido aislada del resto del país por medio de espacios que van más allá de las aulas de clases tradicionales. Lo que se busca es brindar oportunidades para una transformación social por medio de un parque que abre espacios para la cultura, el deporte y la educación. 

Se plantea una estructura de espacios íntimos configurados entorno a patios que agrupan las aulas de clase y una alameda central que arma un paisaje de vida cultural y deportiva que puede abrirse a la ciudad cuando el colegio no opera. Los abiertos como canchas y plazas, así como algunos cerrados, como la  biblioteca, la cafetería que es también un aula multiple y los laboratorios; se entienden como lugares que pueden integrar diferentes actores de la ciudad de manera que se convierten en escenarios para la formación de las familias de los niños y los habitantes de la ciudad.