El potencial urbano, paisajístico, social y económico del sitio puede potencializarse conectando diferentes relaciones cercanas hoy inconexas mediante una propuesta espacial que busca paramentar la manzana generando borde activos en el perímetro y respondiendo a la idea de calle que reside en los trazados tradicionales, pero generando una disrupción con un planteamiento que abre el espacio central para integrarlo a las dinámicas urbanas generando un corazón abierto que amplía los espacios de encuentro, ecológicos y productivos de la manzana.
La estrategia es abrir la manzana para ampliar la superficie de suelo urbano de aprovechamiento público y ampliar la superficie de contacto de los contornos de las fachadas con actividad de modo que se genere una mayor cantidad de espacios que gozan de la presencia de la naturaleza y las personas, propiciando encuentros y nuevas relaciones urbanas. Una estrategia que luego se lleva de la lectura bidimensional de la planta al alzado por medio de una plataforma que eleva el primer piso urbano y dispone un segundo suelo natural elevado sobre el cual reposan los volúmenes y sus accesos jalonando el primer piso a niveles superiores que prolongan esa condición en la vertical por medio de paseos organizados entorno al patio transformado en un centro articulador de relaciones urbanas intensas y la privacidad requerida para algunos usos.
Viabilidad financiera. El comercio de una escala mayor (anclas) debajo de la huella de los edificios de vivienda (en una fase constructiva independiente), paga el alto valor de la tierra logrando un equilibrio financiero. Esto permite la creación de viviendas con un carácter social, pero de alta calidad y en una ubicación central.